¿Cómo es el proceso de la economía de la experiencia?
24 junio, 2020 2020-07-03 23:41¿Cómo es el proceso de la economía de la experiencia?
¿Cómo es el proceso de la economía de la experiencia?
La economía de la experiencia es un proceso que involucra el aporte de eventos, servicios o complementos. Estas características marcan la diferencia con el producto de la competencia. La finalidad de esta práctica es la venta del producto. De hecho, es algo más importante que el bien en sí. No solo se trata obtener ganancias, sino de fidelizar al cliente con la marca. Si quedó conforme, lo recomendará a sus allegados.

Las experiencias representan la forma de conocer la realidad y de lograr un cambio. Cada una está conformada por varios componentes:
- Acción o emoción.
- Lo que sucede con uno mismo.
- Interacción con los demás y el entorno.
La mente humana, en su percepción cognitiva, comprende cada vivencia, para luego almacenarla en la memoria. De esta forma, las experiencias son de ayuda para fortalecer las transformaciones. Cada suceso se siente, se analiza, se comprende y forma parte del cambio.
Así, las experiencias son almacenadas como positivas o negativas. Crean en la mente un cuadro de valores que hace que esta pueda discernir entre lo que es bueno y lo que no lo es. Las experiencias están guardadas en la memoria de cada individuo, aunque en los social forman parte de lo colectivo. Esto ocurre con las experiencias turísticas, el marketing de experiencias o la economía de la experiencia.
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La economía de la experiencia beneficia al consumidor
Esta idea fue ganando tendencia desde finales del siglo XX, por medio de bibliografía sobre el tema. Debido a esta experiencia bibliográfica, se concibió la idea de la creación de valor en los negocios, de forma constante.
En el aumento progresiva del valor de un negocio, la economía de la experiencia se fija como uno de sus pilares. Teorizando, al pasar de lo agrario a lo industrial, la economía toma el valor de lo producido en materias primas. Desde este punto salta al valor de la fabricación de bienes consumibles. Finalmente se suma a los servicios que añaden aún más valor a los mismos.
Sin embargo, para el consumidor final estas teorías no son visibles. Además, las expectativas del cliente son cada vez más exigentes. Por estos motivos, las empresas deben desarrollar experiencias integrales que ofrezcan un valor agregado a sus servicios.
Para enriquecer estas experiencias, las compañías se valen de elementos diferenciados, mediante montajes o escenificaciones que aumenten la satisfacción. En el largo plazo, ya las experiencias no alcanzarán, dando paso a la economía de transformación.
Evolución que incrementa el valor de los negocios
En la evolución para dar más valor a los negocios, se mantienen las siguientes categorías:
- Negocios que venden materias primas y se benefician de productos sin valor diferencial.
- Los negocios que venden bienes y suman valor con productos que se diferencian mediante una marca.
- Aquellos que ofrecen servicios y brindan actividades al consumidor.
- Quienes ofrecen experiencias y ofrecen al cliente una percepción sensorial completa.
- Por último los que sufren una transformación, que se benefician cuando está involucrado un proceso de cambio
Dentro de estas ideas, se pueden encontrar experiencias que son más significativas. Finalmente son las que pueden representar una mejor vivencia al consumidor. Distintos autores de libros dedicados a estas experiencias, muestran que las hay de primera y segunda generación.
En las primeras, es la empresa la que mantiene el control de la experiencia en todo momento. En las segundas, el consumidor deja la pasividad para participar de la experiencia junto a la empresa.
¿Qué hace más feliz, los objetivos o la experiencia?
Se realizaron diferentes estudios para determinar qué produce más felicidad en la gente cuando gasta su dinero. Los mismos arrojaron la conclusión de que gusta más lo que brinda una experiencia que lo gastado en bienes materiales. Como ejemplo se pueden observar los gastos en viajes, en gastronomía o en un recital de música.

Sin embargo, los bienes adquiridos duran más tiempo que las experiencias, por lo cual podríamos creer que producirán más felicidad por más tiempo. No obstante, a medida que la persona se va a acostumbrando al bien comprado, perderá interés por él y la felicidad y excitación del principio se esfuma.
Por el contrario, la experiencia crece hasta poder repetirla y pasa a ser un deseo interior. Es decir, estas conforman nuestra propia identidad, mientras que de lo material se puede prescindir.
También se comparten con otras personas, lo que ayuda a crear una conexión con el mundo exterior. Lo vivido, si es significativo, será recordada por siempre. Así, pasan a formar parte de la propia economía de la experiencia personal.